Es una pena que Netflix decidiera arrojar de trancazo toda la temporada al mundo cuando es bastante evidente que el formato de un capítulo a la semana (o una serie de capítulos) lo mantiene en la boca de todos más tiempo. Sin embargo, ahora que vamos en el noveno de estas reseñas, ya no queda más que un murmullo de discusión sobre esta serie que tiene mucho que discutir y reflexionar.
En fin, dejaré de lamentarme y procederé a hablar del capítulo ¡y qué capítulo!
La cuestión con reseñar en el momento los capítulos que son preparativos es que su valor está puesto a futuro y, aunque podemos exigir cierto equilibrio y entretenimiento alternativo a la hora de plantearlos como se hace en la modernidad, el verdadero juicio no puede llegar hasta que hemos visto el clímax de su construcción.
¿Valió la pena el capítulo y medio anterior que se enfocó en preparar los acontecimientos que inician con este? Definitivamente. En este capítulo los dominós comienzan a caer en secuencia y el ritmo es deliciosamente ágil porque nosotros, como audiencia, ya tenemos casi toda la información requerida mientras que los personajes no por lo que también la tensión está por los cielos.
La información es tanta que al menos con lo acontecido hasta ahora casi podemos decir que estamos jugando un juego justo en el que podemos adelantarnos al autor con la información con la que contamos explícita o implícitamente.
Algo de lo que me arrepiento de no hablar durante el capítulo siete y que este capítulo me da nueva oportunidad para hacer, es de lo encantador que es Gilbert y sin duda otro personaje que junto con Hal alza al elenco de este arco. El presente capítulo amplía su tiempo en la pantalla y estoy sumamente agradecido por esto, también me divierte que las pistas que suelta no solo son referentes a la revelación relacionada a él, también a la no-revelación del personaje real en el que está claramente basado pues representó una inspiración importante para Gaiman como autor.
Donde mis miedos como lector de comic si se presentan es que el personaje de Lyta, que definitivamente necesitó modificaciones para aparecer en el universo de la serie, ha quedado relativamente desprovisto de todos los significantes que para este punto ya estarían en juego. Para el rol que juega, creo que sabemos muy poco de ella por lo que la escena que debió ser suya termina siendo dedicada a Rose, lo cual es efectivo de momento pero quizá pueda resultar costoso a largo plazo.
Esta misma escena me parece que muestra la intencionalidad detrás de la contradictoria personalidad de Morfeo y la dificultad para el cambio. Sin embargo, ya que la distancia narrativa que tenemos de él es mucho mayor a la usual para trabajos modernos puede complicar esta conclusión.
Finalmente me gustaría también apreciar el doble suspenso del final. La escena parece llevar al clásico, con los personajes atrapados por una crisis antes de cortar a créditos, pero en el último momento es solucionado. Ahora los créditos llegan cuando los personajes están atrapados en una crisis de la cual ni si quiera están completamente conscientes.
Querido Fantasma 