Reseña: Mob psycho 100 -100% recomendable-

Género: comedia
Capítulos: 36/36 (3 temporadas)
Estado: Finalizado.
Impresión: Es el encuentro perfecto entre calidad de producción, dirección y una buena historia.

Sigo vivo.

Del cajón de los recuerdos traigo mi regla de que no reseñaría una serie hasta que estuviera terminada. Si la siguiera, reseñaría con tanta frecuencia como mis publicaciones esta segunda mitad del año (perdón, se complicó la vida, pero no es el lugar para hablar de eso).

Decidí sacarla porque, conforme pasó el tiempo, se volvió más y más inusual encontrar una adaptación completa, especialmente de algo que me gusta mucho. Tuvimos que esperar mucho para tenerlo, finalmente la primera temporada todavía la reseñé en blogspot (lo que lo sitúa previo al 2016), pero tarde es mejor que nunca y lo bueno toma tiempo. Por esto mismo, esta reseña tiene por motivo el final de su tercera y última temporada, pero abarca toda la serie.

Ya que ha pasado tanto, recordaré la sinopsis: Shigeo «mob» Kageyama es un chico como cualquier otro, excepto por el hecho de que es un psíquico con un poder devastador y por eso se ha visto obligado a reprimir sus emociones. Buscando la ayuda de otro psíquico se encuentra con Reigen, un farsante que lo toma bajo su tutela para aprovechar su poder.

Si la premisa les recuerda a una inversión rara de One Punch Man, es porque se trata de una iteración del mismo autor (ONE) con un concepto similar. No es la única coincidencia, porque de las dos podemos hablar que tienen una animación magistral que no falla en dejarte con la boca abierta y una muy puntual crítica social de un hombre que sin duda entiende lo que escribe.

Sin embargo, también podemos encontrar diferencias importantes: Mientras que OPM involucró a Murata para volver su arte en un espectáculo (y yo argumentaría que se perdió un poco ahí), Mob se mantuvo fiel a los dibujos simples del creador original, destaca más bien en la aproximación experimental que la hace vibrante sin preocuparse por mantener un alta fidelidad a la realidad o a los propios modelos.

A pesar de la corta edad de Mob (14 años al inicio de la trama), ONE muestra que sabe lo que está haciendo refiriéndose a esta como su obra «seria». La estilización y la comedia pueden resultar engañosas, pero la verdad es que tiene una robustez temática que muchas grandes obras envidiarían y la mayoría de los arcos argumentales de una u otra forma terminan apuntando a Mob y a su desarrollo con un balance que ni idealiza ni es excesivamente cínico respecto a la adolescencia y el crecimiento.

En cuanto al tono, es bastante diversa y combina capítulos de comedia con algunos más dramáticos (aunque el anti-climax sigue siendo una herramienta recurrente para One), administrado de forma magnífica por un gran elenco de personajes cuyas personalidades (la mayoría dinámicas, además) pueden apoyar uno o ambos tonos (y hasta moverse entre ellos según se desarrollan).

Entre esos personajes destaca Reigen, el coprotagonista, que muy atinadamente es adulto y aunque su papel es el de un (falso) mentor, en realidad también puede leerse como el otro personaje foco cuyo crecimiento seguimos más de cerca. Esa admisión, que incluso los adultos pueden cambiar y no tienen la vida resuelta, es una entre muchas afirmaciones genuinas que hará la serie a lo largo de su metraje y que ofrece compasión incluso a aquellos que se encuentran fuera del rango de edad de la audiencia shonen.

Narrativamente, es esa compasión la que destaca y no solo porque Mob sea un chico bueno y adorable al cual quieres proteger, sino que la aproximación a su trama y comedia realmente es una de cuidado, incluso cuando coloca a sus personajes en situaciones cómicas (y ocasionalmente vergonzosas) no se coloca como una fuerza kármica que determina que es inherentemente gracioso. Esta parte, si tuviera que compararla con algo, diría que la comparte con los guardianes de la galaxia del MCU y con Chainsawman, aunque en esos casos los personajes tienen características desagradables que los creadores aprovechan para darles una mayor humanidad y ganarse también nuestro respeto y compasión.

Curiosamente en sus genes también tiene bastante de shonen de combate con animaciones exquisitas, y no será sorpresa para nadie que haya visto OPM, que ONE sabe cómo insertar dramatismo incluso cuando sus personajes pueden resolverlo todo a través de un poder abrumador. Incluso cuando emplea a Shigeo como combatiente, pone en juego su represión emocional pues emplean un contador que cuantifica su grado de excitación (y la emoción que lo está causando), volviendo textual el conflicto interno que solo las mejores peleas de la ficción incluyen por encima de una simple comparación de poderes.

Puede que lo exalte mucho en mi entrada, pero otro factor que aprecio de la serie es que su tema se mantiene implícito. En ningún momento pretende ser una autoridad moral que busca cambiar tu forma de vida, pero si hace un muy buen argumento para que lo hagas de todas formas sin importar tu edad o situación. Es tan sutil, que difícilmente acertarías al tema central con solo ver los primeros aunque te está golpeando con él en la cara en retrospectiva; es más, si no te gusta pensar demasiado no será hasta el último arco donde destapará sus cartas para asegurarse que nadie se vaya confundido.

Para cerrar la parte narrativa, también quiero exaltar que la progresión es magnífica. Tiene una certeza que hace que aproveche cada segundo de su tiempo y aunque es predecible, lo es de buena manera, mostrando la destreza de una pluma capaz de guiar al lector a través de su historia con una causalidad que se siente inevitable.

Tiene también bajo la manga varios trucos interesantes que rompen la cuarta pared sin llamar la atención a ellos, empezando por todos los significados que puedes darle al título (comenzando porque es el apodo del protagonista) y la producción se suma aprovechando su propia música y recontextualizandola según es necesario, abriendo un nuevo universo de interpretación a las canciones y melodías de su banda sonora. Muchas series colocan su apertura en momentos dramáticos, solo Mob Psycho (y quizá madoka magica) logran voltear completamente la interpretación de la letra cuando lo hacen.

Quiero hacer una puntualización sobre mi postura respecto a ciertas interpretaciones hechas por fanáticos: Pienso que si bien las interpretaciones en las que diagnostican a Mob con autismo o Trastorno Disociativo de Identidad son válidas por la magia de la aplicabilidad y si por ellas puedes sentirte cercano y aprender de su texto está bien, pero no creo que sean lecturas textuales puesto que precisamente limitan la universalidad de la historia, no porque una persona neuro-normativa no pueda empatizar con un personaje neuro-divergente, sino porque empujar por que sea la visión correcta sin nada en el texto que lo sustente significa descartar otras formas de identificarse con los personajes. Que son muy buenos y robustos, sí que pueden aguantar múltiples interpretaciones y entra a juego con el tema de la historia.

Aunque podría seguir páginas y páginas derritiéndome en halagos por el trabajo de ONE, creo que la producción de Bones en general se merece crédito también, y no solo en el apartado de dirección y animación, creo que todos y cada uno de los involucrados en el comité merecen felicitaciones en este caso por apostarle al riesgo de una adaptación de algo que no encaja en lo «que vende» normalmente en el anime, por la paciencia que sin duda requirió tomarse tanto tiempo para que la adaptación estuviera exactamente como debía estar. Creo que pocas veces he visto una adaptación tan buena, especialmente una que también deja a la gran mayoría de su público satisfecho (pues incluso las mejores suelen tener quejas o detractores).

Si tuviera que poner un pero, es que el primer capítulo no es una buena introducción a la serie. Nuevamente, es apropiado por el tema y entiendo la idea detrás, pero es algo que no se puede apreciar hasta el capítulo dos, temo que algunas personas puedan perderse esta joya solo por esa primera impresión.

100% Imprescindible
5/5

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